25 jul 2007

Heidi Sativa


Informe especial:

Heidi fumaba porros y su abuelo era su camello, según se desprende de la sintonía de tan famosa serie infantil.


Analicemos esta bonita melodía:
'Abuelito, dime tú, qué sonidos son los que oigo yo':
Bien. Heidi es un personaje supuestamente joven, mientras que su abuelito es, consecuente y visiblemente, mayor. El hecho de que Heidi pida información a su abuelo sobre los sonidos, cuando lo lógico sería que ella oyera bastante mejor que su pariente, puede implicar, básicamente, una de las dos circunstancias siguientes:
- Que Heidi padeciera una enfermedad congénita en el oído, o bien hubiera sufrido un accidente que limitara su capacidad auditiva, que hacía que oyera peor que su abuelo, quién probablemente tenía una edad 10 veces mayor.
- Que sus sentidos, así como sus reflejos, estuvieran alterados por alguna razón.


'Abuelito, dime tú, por qué en una nube voy':
Esta segunda frase de la canción confirma una y sólo una de las posibilidades anteriores. En efecto, se confirma que el estado mental de Heidi estaba de algún modo alterado, hasta el punto que la pequeña Heidi podía tener alucinaciones, ver o sentir cosas no reales.


'Dime porqué huele el aire así':
Nuestro argumento adquiere más fuerza a medida que se avanza en la letra de esta canción. Heidi nota un extraño olor en el aire, pero, debido a su estado, no acierta a identificarlo, aún siendo evidente el origen de este hedor, como veremos más adelante.


'Dime porqué yo soy tan feliz':
El estado de euforia injustificada de nuestra protagonista es evidente. El hecho de preguntar a una persona externa sobre su felicidad (cuando lo razonable sería que ella misma supiera el origen de tal alegría), refuerza la teoría de que Heidi estaba mentalmente excitada.


'Abuelito, nunca yo de ti me alejaré':
Viendo cuan feliz estaba la niña, afirma que quiere mantenerse en ese estado y, para ello, es necesario permanecer cerca del abuelo.



CONCLUSIONES:
1. Heidi se encuentra en un estado de conciencia alterada.
2. El aire huele raro.
3. Siente una felicidad absurda.
4. Manifiesta su dependencia de otro personaje.



Luego, la conclusión global es la siguiente:
Heidi era una consumidora habitual de estupefacientes, más concretamente, fumadora de derivados del cannabis (Marihuana, Hachís), lo que le proporcionaba un estado artificial de alegría y euforia. Además, puede deducirse que su abuelo, contrario a cualquier sentido de la protección por su nieta, le proporcionaba tales sustancias, ya fuera de manera gratuita u obteniendo con ello un beneficio de cualquier tipo.

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